domingo, 27 de octubre de 2013

Capítulo 4:

Cuando salimos el se encendió un cigarrillo, el me ofreció pero yo negué rotundamente, detestaba el tabaco. 

***
Mientras fumaba yo lo observaba, callada, pensando en mis cosas. 
De repente vi como de estaba riéndo, yo estaba ensamismada en mis cosas, David se reía y me preguntaba que era en lo que pensaba. 
Yo negué con la cabeza y me puse un poco roja, ni siquiera yo misma sabía en que estaba pensando, estaba confundida. 
De repente se me cruzaron los cables y lo besé. ¿Porqué lo hice? Ni yo misma lo sé, simplemente me atraía, el al principio estaba desconcertado, pero luego continuó el beso, convirtiendose en un beso apasionado y acalorado, de repente vi que alguien detras de nosotros hacía un breve ruido para llamar nuestra atención, era Álvaro, el cual no le sorprendía, había visto a David liarse bastante veces con chicas, yo me puse un poquito colorada, le hice un gesto y entré para dentro, todo el mundo bailaba, pero yo iba inversa en mis pensamientos, en mis pensamientos de haber besado a David, hasta que alguien se me acercó por detrás y se puso muy cerca de mi, prácticamente sintiendo au aliento en mi oreja, me giré sobresaltada y ví que era Dani, me echó una sonrisa y me invitó a la copa, eché un vistazo y ví que Carolina no estaba, ni su abrigo en la mesa en la que estaban antes, Dani me dijo que que era lo que estaba mirando, yo simplemente asentí y le dije que nada. Nos sentamos en los sillones, los dos solos, sentía como cada vez que me ablaba o me echaba una sonrisa se me erizaba la piel o se me ponían rojos los pómulos, cosa que yo no soportaba y me hacía parecer una niña pequeña. 
Yo asentía a todo lo que decía, en realidad no le estaba escuchando, solo observaba sus lindos labios mientras gesticulaba, de repente me di cuenta, estaba siendo una completa idiota, una estúpida, no era normal, levanté la vista y vi a David y a Álvaro acercarse, ambos se sentaron, David estaba raro, y yo cada vez más nerviosa, me sentía mal, no comprendía que era lo que me estaba ocurriendo, era un sentimiento raro, sentía algo por los dos, algo parecido pero a la vez tan distinto, algo casi imposible de descifrar. 

Necesitaba alejarme de allí, irme a casa, reflexionar y meditar sobre mis ídeas. Me levanté para despedirme de los chicos, cuando llegó el momento de despedirme de David sin querer o queriendo, la verdad no lo sé, le di un beso en la comisura del labio, ambos nos quedamos mirando, sin saber que hacer, pero rápidamente reaccioné y me fuí. 

Cogí un taxi para llegar antes a casa, me fuí directamente al baño, al entrar me miré, estaba blanca, exhausta, sin saber como reaccionar, abrí el grifo y deslicé mis manos hasta el agua, estaba frí, me labé la cara, el maquillaje corría por mi cara, cogí unas toallitas y me lo quité, me fuí a mi habitación, saqué de debajo de la almohada mi pijama, mientras me lo ponía se me pasaban imagenes por mi cabeza, el beso con David, la sonrisa de Dani, seguido, sin parar de repetirse una y otra vez en mi mente, no se que me pasaba, me sentía como si no fuese yo, como si dos personas intentaran apoderarse de mis pensamientos e imponer los suyos, muy diferentes. 
Me acosté, no podía dormir, así que después de casi media hora dando vueltas por la cama me levanté a la cocina a por un vaso de agua, abrí el grifo y vi que la luz de la cocina de Dani estaba encendida, intenté reprimir mis ganas de mirar, pero no pudé, mis ojos se deslizaron por la ventana y apareció él, con su sonrisa tan perfecta, esa sonrisa que embelesaba a cualquier persona.

Me tragué el agua, lentamente mientras lo observaba, dejé el vaso y cuando volví a mirar para devolverle la sonrisa ya no estaba. 
Cuando me dirigía a mi habitación sentí que alguién llamaba desde la puerta de la entrada en bajito, susurrando mi nombre, me acerqué lentamente y temblorosamente deslicé mi mirada por la mirilla, era Dani, abrí la puerta un tanto estrañada, allí estaba Dani, sin camiseta y con unos pantalones cortos que seguramente utilizaría como pijama. 

No pude quitar mi vista de su musculoso cuerpo, en cuanto Dani empezó a pronunciar palabra rápidamente levanté la mirada hasta sus ojos, esos ojos azules y bonitos. 
Dani solo me dijo 'buenas noches guapa' algo que a mi me dejó perpleja. Me quedé mirando como una boba, antes de cerrar la puerta de su casa me miró y me guiñó un ojo, yo se lo devolví y me metí para dentro. Me acosté, me puse a pensar, pero estaba demasiado agotada, además, mañana tenía que madrugar para poder empezar a ensallar la coreografía que iba a presentar para el casting final.

A la mañana siguiente me levanté bastante pronto, apagué el despertador y me levanté a regañadientes, noté el olor a café echo, me recordó a mi madre, que antes de ir al instituto siempre lo tenía echo para que no me fuese con el estómago vacío, en ese momento recordé que hacía días ya que no llamaba a mi madre, así que marqué su número, al principio parecía un poco molesta por no averla llamado en 3 días pero luego estaba muy contenta, le conté que había conocido a los chicos de Auryn y que me llevaba muy bien con ellos, obviamente no le conté lo que había sucedido, mi madre era un poco incordio en temas amorosos, pero también le conté lo de la audición, a ella le gustaba la idea, aunque lo veía cono un pasatiempo, ni se le pasaba por la cabeza la idea de que yo me dedicara a la danza como mi trabajo, ella quería que estudiase una carrera como medicina, magisterio o comunicación, tener un puesto de prestigio, pues según ella la danza solo te vale para unos años, luego ya no sirves, cuando me empezaba con eso la ignoraba completamente e intentaba cambiar de tema, ya que se volvía muy pesada y no me gustaba discutir, después de estar ablando un rato con ella colgué y me dirigí a la cocina, allí estaba mi padre, tomándose su café solo con una tostada como todas las mañanas, mientras Silvia andaba como una loca, estaba muy estresada, Silvia trabajaba como redactora en una revista de prestigio, y estaba muy ocupada, me acerqué a ella y le dije que hoy me ocuparía yo de Diana y que se fuese tranquila, sonrío y se despidió de todos, mi padre no tardó en irse también, yo me acerqué a ver a Diana, seguía dormida, mientras tanto me serví una taza de cereales, mientras me los comía volvía a recordar todo lo de ayer, mis pensamientos no me dejaban ni un minuto tranquila. 

Recogí todo y me fuí a por Diana, mientras la tenía en brazos para darle su biberón sonó la puerta, como pude fuí a abrir, para mi sorpresa eran los chicos. 
No me los esperaba allí, tenía unos pelos de loca y todavía estaba en pijama, les invité a pasar al salón, mientras ellos se sentaban yo seguía dándole el biberón a Diana, me sentía incómoda, todas las miradas se centraban en mí. 

___: Chicos, ¿Qué hacéis aquí a estas horas? Son las 10 de la mañana...

Carlos: Es que habíamos quedado con Dani , y nos aburriamos en su casa, y comp te vimos desde la ventana, pues decidimos venir a pasar el tiempo contigo. 

___: Ahm, vale.

Cuando Diana acabó el biberón, les pregunté a los chicos si podía alguno cogerla mientras me vestía. Todos se miraban entre ellos, hasta que al final Blas aceptó, se le daban bien los niños. 

Me fuí a la habitación, estaba nerviosa, no me sentía cómoda con la presencia de David y Dani, y menos juntos. 
Me quité la camiseta y el short del pijama, empecé a rebuscar en mi armario que ponerme, y al final opté por este conjunto:

Al final los chicos se quedaron a comer en mi casa y hacia las tres se fueron, pasamos una mañana muy divertida, aunque yo no podía quitar de mis pensamientos a esos dos chicos. 

Por la tarde como mi padre ya estaba en casa para ocuparse de Diana, me fuí al trastero y como a penas tenía cosas pensé que sería un buen sitio para ensayar mi coreografía, tuve dudas sobre cual escoger, pero al final me quedé con esta canción: http://youtu.be/h5EofwRzit0

Pasaron esos tres días, no había visto a los chicos, esa semana estaban de conciertos, ni siquiera había ablado con ellos por whatsapp, ellos estaban muy liados con la gira y yo con conseguir entrar en esa academia de baile, que ahora mismo era una de las más prestigiosas del país, incluso a nivel europeo. 

Llegó el miércoles, el miércoles tan esperado. 

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